En los muchos años que llevo metido en este fregado de la enseñanza mis alumnos me han puesto mil y una escusas a la hora de justificarse cuando los he cogido infraganti sin traerme realizadas las tareas mandadas para casa.
Casi todas estas escusas se repiten una y otra vez, forman parte del argot profesional, están las más cacareadas:
- Profe, es que he estado malo
- Yo ayer no vine a clase
- Me deje el libro en el aula
- En mi casa se fue la luz (justo es decir que esta está en franca decadencia)
- Tengo estropeado el ordenador (esta por el contrario está a la orden del día, aunque la tarea en cuestión fuese resolver una ecuación elemental)