domingo, 27 de noviembre de 2011

El matemático y el pastor

Un matemático pasea por el campo, sin nada que hacer, aburrido.
Encuentra a un pastor que cuida un numeroso rebaño de ovejas, y decide divertirse un poco a costa del paleto.
- Buenos días, buen pastor
- Buenos días tenga usted.
- Solitario oficio el de pastor, ¿no?
- Usted es la primera persona que veo en seis días.




- ¿Estará usted muy aburrido?
- Daría cualquier cosa por un buen entretenimiento.
- Mire, le propongo un juego. Yo le adivino el número exacto de ovejas que hay en su rebaño y, si acierto, me regala usted una. ¿Qué le parece?
- Trato hecho.
El matemático pasa su vista por encima de las cabezas de ganado,  murmurando cosas, y en unos segundos anuncia:
- 586 ovejas.
El pastor, admirado, confirma que ése es el número preciso de ovejas del rebaño. Se cumple en efecto el trato acordado, y el matemático comienza a alejarse con el animal escogido por él mismo.
- Espere un momento, señor. ¿Me permitiría una oportunidad de revancha?
- Hombre, naturalmente.
- Pues… ¿qué le parece, que si yo le acierto su profesión, me devuelva usted la oveja y además me da 50 €?
- Pues venga.
- El pastor sonríe y sentencia:
- Usted es matemático.
- ¡Caramba! Ha acertado. Pero no acierto a comprender cómo. Cualquiera con buen ojo para los números podría haber contado sus ovejas.
- Sí, sí, pero sólo un matemático hubiera sido capaz, entre 586 ovejas, de llevarse el perro.

1 comentario:

Ana García dijo...

Eres genial Ricardo! No tengo ni idea de mates y siempre las he dejado de lado pero con tu blog me entran ganas de ponerme a ver qué puedo aprender. Un saludo